Elaborado por las organizaciones Fundación Vida Silvestre y Surfrider, la iniciativa propone un sistema de reducción progresivo que de aplicarse, mantendría anualmente fuera del ambiente local a 60 millones de bolsas de polietileno o polímoros de plástico.
La iniciativa ingresó al Concejo Deliberante la semana pasada y busca conseguir tratamiento en la próxima reunión de la comisión de medio ambiente. El proyecto busca instalar un programa progresivo para la reducción de la utilización de bolsas de polietileno o similares por parte de comercios que operen dentro del tejido urbano de la Mar del Plata – Batán, buscando su prohibición total al año de implementado. Aseguran que de aplicarse la ordenanza propuesta, “60 millones de bolsas anuales no llegarán al ambiente”.
Las organizaciones Fundación Vida Silvestre y Surfrider se unieron para contrarrestar “uno de los mayores problemas ambientales en los ecosistemas costeros y marinos”: el plástico.
Guillermo Cañete y Verónica García de Fundación Vida Silvestre dialogaron con LA CAPITAL y brindaron detalles del proyecto presentado. Aseguraron que, en los comercios de la ciudad, “se entregan más bolsas de polietileno de las necesarias”.
“Se calcula que si se utiliza una bolsa de tela se puede ahorrar 6 bolsas por semana por persona, 24 al mes y 288 al año. Llevando este número a la cantidad de hogares de la ciudad, unos 290.000 en el último censo, esta cifra alcanza a más de 60 millones de bolsas anuales que no llegarán al ambiente”, detallaron en el documento.
Si se tiene en cuenta que dicho material, según el espesor, demora entre 100 y 400 años en degradar, el daño ambiental es “gravísimo”.
Un reducción progresiva
La propuesta de ordenanza municipal busca que, a partir de 1 de agosto de 2017, lo comercios puedan entregar únicamente 2 bolsas, por cliente y por compra. Y aclara que, “en caso que sea necesario entregar mayor cantidad de envases, los mismos deberán ser bolsas de material biodegradable, papel madera, o similar, bolsas de malla reutilizable, tela o material reciclado”.
La cantidad de bolsas permitidas se reduciría a 1 a partir de marzo de 2018, prohibiéndose de manera total en abril y aplicándose diversas sanciones a aquellas entidades que no cumplan con lo reglamentado.
A pesar de que actualmente se encuentra vigente la ley n° 13.868 de prohibición en la Provincia de Buenos Aires del uso de bolsas, ambos profesionales aseguraron que no se implementa.
La reducción busca ser “progresiva”, buscando de esta manera que “el cliente y los comerciantes se vayan acostumbrando”, destacaron.
“Hay que sacar a la gente de la zona de confort, generar conciencia de que se puede hacer la misma compra con otros envases. Este es el primer enfoque para generar ese cuidado”, señaló Cañete.
El apoyo de los comercios
De la mano con una iniciativa que cobra importancia a nivel mundial y nacional – un fallo judicial en la ciudad de Buenos Aires suspendió la entrega de bolsas con menos de cincuenta (50) micrones de espesor-, la licenciada Verónica Garcia señaló que “los comerciantes quieren dejar de dar estas bolsas porque para ellos es muy costoso”.
A modo de ejemplo, indicó que una despensa está gastando aproximadamente mil pesos por semana en las llamadas “bolsas camiseta”, las cuales, por su delgado espesor, no pueden volver a utilizarse. “Hay una intención de los comerciantes de que los clientes comiencen a traer sus bolsas. De hecho, están comenzando a crear sus bolsas para regalar o tener descuentos para aquellos que lleven las suyas”, informó.
De todas maneras, aseguró que “no quieren que los clientes se enojen”, por lo que se encuentran ansiosos “en contar con una apoyo por parte de la comuna”.
Tomar conciencia
Incluido en la propuesta general, las organizaciones señalaron necesario que la Municipalidad acompañe la iniciativa con campañas de educación, información y concientización, alentando el uso de bolsas para transporte de mercaderías, alternativas a las de polietileno o similares.
Solicitaron que dicho apoyo debe ser realizado en un lapso no mayor de 30 días a partir de la promulgación de la presente ordenanza, y contar con indicaciones precisas que garanticen el cumplimiento de los objetivos.
“Es un desafío enorme que debe tener políticas públicas que generen incentivos y penalidades, contar con la conciencia de los empresarios y además tiene que existir un nicho de mercado. Cada uno elige su opción de compra, entonces en la medida en que haya más gente que pida otra opción de envase, va a ser todo más fácil”, concluyó Cañete.